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CONCIERTO: SALVA ALAMBRE

MIÉRCOLES 11 DE NOVIEMBRE DE 2020 21:00H.

SALVA ALAMBRE

 

Presentará una evento sonoro grabado en exclusiva para Morada Sónica por Susana López, con visuales de la misma Susan Drone.
SE EMITIRÁ A TRAVÉS DEL CANAL DE YOUTUBE DE MORADA SÓNICA
Y POR EL CANAL DE STREAMING DE ESTA WEB

Verso libre del panorama ibérico (…) DIARIO DEL ALTO ARAGÓN Luis Lles

Tras debutar oficialmente en solitario en dos mil dieciocho con el maravilloso ‘Matemática ingenua’ y anticipado recientemente por el doble sencillo ‘Frenesí’, Salva Alambre regresa ahora con este segundo trabajo de estudio que, si bien no se puede considerar un álbum conceptual como tal, sí que aglutina una serie de ideas en torno a una de las cuatro fuerzas naturales de la física en el universo conocido. Bienvenidos a ‘Electromagnetismo’.

La mayoría de los temas aquí contenidos surgieron casi fortuitamente, a partir de un concierto instrumental que el músico de Murcia realizó exclusivamente con sintetizadores. La toma de conciencia, la sorpresa con respecto al potencial que tenía el repertorio fue tal que, dos meses después y ya con los textos y las estructuras de las canciones algo más desarrolladas, Alambre se adentró en el mítico estudio El miradoor (excavado literalmente en la montaña de Alhama) para dar forma a este cuerpo de piezas tan particular. De la mano de su buen amigo Marco Velasco, con quien ya grabara su anterior disco, y con el maquinismo artesanal como eje fundamental de trabajo, en cuestión de mes y medio el álbum estaba terminado.

En ‘Electromagnetismo’, Salva Alambre ha dado prioridad a sintetizadores analógicos y ecos de cinta, aunque también hay samplers, cajas de ruido, un piano ocasional y alguna que otra guitarra (instrumento que aquí casi desaparece, en comparación con el disco anterior). Pero más allá del frecuente uso del micrófono electromagnético o del theremin, así como por alusión a asuntos que propiamente tienen que ver con la fuerza que da título al disco (en ‘Horizonte de sucesos’, en ‘Faraday’ o en la canción homónima), dicha fuerza está indirectamente presente en lo lírico, tanto como directamente lo está en todo lo que nosotros percibimos y experimentamos como oyentes en lo musical. Es decir, a partir de la interacción de partículas cargadas con campos eléctricos y magnéticos, el propio sonido consiste en ondas electromagnéticas… Así que, según vamos avanzando en la escucha, uno empieza a percatarse de que hay bastante más y de que es bastante más sutil. Alambre se sirve del concepto de ‘Electromagnetismo’ para dibujar una entrada, un pretexto intelectual si queréis, a partir del cual adentrarnos en una serie de canciones que funcionan a modo de prisma pop. Y sí, con él vislumbramos dicha fuerza e intuimos las leyes que la razonan pero, más allá de eso, con él nos adentramos en el universo musical distorsionado, desnaturalizado y de planos exagerados que Alambre ha sido capaz de armar para nuestro disfrute. Un laberinto de espejos combados tan juguetón y expansivo, como disfrutable. Inmenso.